Pocos eventos brindan la emoción que tienen los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Cada dos años, el mundo es testigo de momentos de pasión y gloria, de triunfo y derrota. Es posible que prefieras los juegos de verano o de invierno. En nuestra opinión, a pesar de la controversia y diversas agendas, los Juegos Olímpicos aún brindan algunos de los mejores rasgos de la humanidad.
A lo largo de la historia, los juegos han sido el escenario de la paz mundial, la unidad, la solidaridad y el progreso. También por racismo, terrorismo, boicots y polémica. No estamos defendiendo de ninguna manera los enormes intereses nacionales y corporativos que los acompañan, ignorando o excusando la corrupción y los vergonzosos casos de abuso, dopaje, etc. que también se dan con frecuencia. Creemos que el espíritu de los juegos debe prevalecer sobre todo lo demás. Que en los últimos tiempos, solo en pocas ocasiones el mundo se reúne voluntariamente para compartir objetivos comunes, como el espíritu de equipo, la competencia justa y el rendimiento deportivo, todo en nombre de la paz.
Tuvimos la oportunidad de asistir a los juegos de invierno de Vancouver 2010. La ciudad de Vancouver, en la Columbia Británica, es una de las más pobladas de la costa oeste Canadiense. Recientemente fué catalogada como una de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo, la cual habíamos visitado antes y varias veces después. Para los juegos de invierno, fué una tarea abrumadora solo reservar los boletos y establecer otros arreglos, todo lo cual tenía que hacerse con muchos meses de anticipación.
Cuando finalmente llegó el momento, llegamos a una ciudad que se vistió para los juegos. Gente de todo el mundo, restaurantes abarrotados, bares, calles festivas, donde gente con banderas nacionales gigantes desfilaba mientras cantaba y reía. ¡Era como si pudieras tocar la felicidad demasiado ruidosa en todas partes! Por supuesto, los aspectos no tan atractivos también estaban ahí: atascos y cierres de calles por toda la ciudad, hoteles completos, precios desorbitados en todo, colas en establecimientos de comida, baños, etc., todos estos problemas durante varios días. Sería una experiencia desafiante para muchos, pero sobre todo, ¡aún creemos que la experiencia definitivamente valió la pena!
Fuimos testigos de dos eventos: un partido de hockey entre los países de Letonia y Eslovaquia, y una semifinal de curling que involucró a cuatro naciones: Canadá, Suecia, China y EE. UU. Ambos eventos fueron muy singulares, separados por un par de días entre ellos. Mientras veíamos ese fuego en el pebetero olímpico, que hoy en dia todavía se encuentra en el corazón de Vancouver. Tal como lo hicieron los antiguos Griegos hace muchos milenios, también entendimos la pureza y la simplicidad de los juegos. Salimos agradecidos por la experiencia.
Hoy, los juegos de invierno están cerca de terminar en Beijing, China, y no todo va bien. Si bien la pandemia de Covid-19 parece estar finalmente debilitándose, la amenaza de guerra en Europa y los problemas políticos y financieros mundiales están presentes. ¡Para mí, es difícil creer que después de tanta muerte y sufrimiento, el mundo todavía no lo entiende! ¡Necesitamos más cosas como los juegos de invierno!